Como empecé confesando, es difícil saber desde este rincón de Estados Unidos lo que se está escribiendo en España. Gracias al también jiennense Juan Carlos Abril, y para reseñarlos en ese valioso espacio poético que es la revista Paraíso, he tenido en los últimos meses la oportunidad de leer dos libros que, me parece, merecen un comentario. Son dos voces jóvenes y muy distintas: las de Itziar López Guil y Daniel Barredo.
Nunca he creído del todo en eso de las voces femeninas y masculinas; no porque no piense que las experiencias vitales son diferentes, sino porque la vivencia distinta según el género me parecen una más (importante, eso sí) entre las que conforman una persona. Pero lo cierto es que hay algo inconfundiblemente femenino en el viaje vital que propone Itziar.
Los versos de Itziar son olas que nos van empujando desde la infancia a Asia (en una referencia a la poesía de Raymond Carver), a un lugar donde casi todo está bien y uno encuentra su sitio. Los recuerdos infantiles son particularmente vívidos y son, para mí, los mejores versos del poemario. Hay algo poéticamente redondo en su descripción de la belleza simple de la infancia y de cómo todo va luego complicándose.
Lo de Daniel Barredo es diametralmente distinto. Que la miseria, la enfermedad o la guerra sean objetos maravillosamente/monstruosamente poéticos nos hace muy humanos. Pero no estoy seguro de si eso es bueno o malo…
Totalmente recomendables los dos.
López Guil, Itzíar. Asia. Biblioteca Nueva, 2011.
Barredo, Daniel. Oda a la miseria. Point de lunettes, 2008.